Canadá abandonó el Protocolo de Kyoto para seguir explotando su petróleo

por Gabriel Neuman | Última Actualización: febrero 13, 2012
 

¿Qué es más ético? ignorar el único acuerdo internacional sobre cambio climático que ha logrado el mundo, o intentar preservar un mundo en el que las generaciones futuras, tanto en los países desarrollados y en países en desarrollo, están bastante afectadas por el cambio climático; teniendo en cuenta que los países más industrializados han contribuido a esto con con el uso de combustibles fósiles, sin importar la fuente.
Si bien esa es una manera contundente, simplificada de decirlo con certeza, es más o menos donde se está, rebotando en la estela de las negociaciones sobre el clima de Durban y el continuo retraso en la actuación hasta que ya sea demasiado tarde.
El retiro de Canadá del Protocolo de Kyoto envía un mensaje claro de que como gobierno no le importa ni un ápice de todo esto.
La lógica involucrada en la continua obstrucción de un acuerdo climático mundial es tan falsa como lo es en la campaña de ética del petróleo en sí.
Es simplemente una distracción de la realidad subyacente de la materia: Canadá prefiere extraer hasta la última gota de petróleo que pueda procesar de las arenas de alquitrán y beneficiarse de ella, a reconocer que al hacerlo se asegurará de que ocurra una catástrofe climática.
No importa cuánta tecnología tenga y pueda reducir las emisiones comparativas de los combustibles elaborados a partir de arenas bituminosas en comparación con el petróleo convencional, el tamaño de las reservas de arenas bituminosas es tal que, a menos que se deje en el suelo vamos a seguir arrojando volúmenes de gases de efecto invernadero en la atmósfera.
 
Artículo condensado de Mat McDermott (Hey Canada, Which Is More Ethical: Abandoning the Kyoto Protocol or Shilling Tar Sands?) , editor de Business & Energy.